domingo, 13 de noviembre de 2011

Arturo Camarena - Comunicar es tarea muy difícil


DESDE MI OPTICA (ALLENDE)

Arturo Camarena Flores

LA COMUNICACIÓN ES TAREA MUY DIFICIL

Después de 17años publicando compruebo la tarea tan difícil de comunicar las ideas, pensamientos e inquietudes que nos aquejan como especie humana. Alguien me dice: médico, no entiendo lo que escribes. Le contesto que tal vez no terminó la secundaria. Adivinaste, dice sonriendo. A otro amigo le importó más comentar sobre las dimensiones de la Alhóndiga de Granaditas que la traición del pueblo a sus libertadores al tolerar la exposición de la cabeza de don Miguel Hidalgo y lugartenientes en cada una de sus esquinas durante casi DIEZ AÑOS. Leer es una actividad fácil, comprender el texto no tanto por lo cual es excluyente. Sin embargo hoy en día todos somos periodistas, entendido esto como un “periodismo ciudadano” donde cualquier ente con su celular, cámara o internet, puede enviar fotografías y palabras al ciberespacio y comentar lo que le plazca (redes sociales), aun desde el anonimato. Es tan importante la comunicación que las universidades ofrecen, (palabra correcta en lugar de “ofertan”, tan equívoca como decir “aperturar” en lugar de abrir) carreras para comunicólogos de los cuales egresan millares que al no encontrar un empleo afín, por fin se dan cuenta que aparte de las colegiaturas les quitaron la ilusión y algunos años de su juventud. Aún así en variados ámbitos e incluso en el seno familiar la comunicación se dificulta no tanto por la brecha generacional sino por la televisión que en lugar de unir desune a sus miembros al igual que lo hace el “chatear” en cualquier reunión y a cualquier hora y eso sin contar a los videojuegos.

Todos esos distractores y los chismes, malos entendidos, un lenguaje ambiguo, frases incompletas, falsas suposiciones hacen que la comunicación entre hermanos, padres e hijos y por supuesto entre los matrimonios, se pierda hasta por meses e incluso llevar a la separación definitiva. Por supuesto que sigo diciendo NO a las continuas invitaciones a ser parte del facebook, twuiter o como se escriba e incluso me rehúso a utilizar el teléfono pues soy acérrimo partidario de la vida privada. Utilizo el correo electrónico, medio por el cual he recibido algunos comentarios (no todos favorables) a mis escritos. Donde no debe de haber problema es en los medios de comunicación que salvaguardan la vida de todos los organismos. La comunicación debe de ser fluida como el plasma que circula por arterias, venas y el olvidado e importante sistema linfático. Los impulsos eléctricos, los transmisores químicos y las hormonas tienen que ser comunicaciones armoniosas para mantener la salud y la vida. Finalizo este ensayo recordando a Louis Braille (1809-1852) quien nos dio su alfabeto mediante el cual hoy 36 millones de ciegos tienen la posibilidad de leer periódicos, revistas y libros, (tal vez lean más que millones de videntes), logrando así una constante comunicación con el pensamiento de diversos autores de todas las épocas cuyos temas enriquecen sus vidas espiritual y monetariamente.

Condolencias: El miércoles pasado le dimos el último adiós a nuestro buen amigo el ingeniero Carlos Treviño Montemayor. Qué bueno que en vida le comenté como lo admiraba al igual que a su padre Arnoldo Treviño con quien tuve el privilegio de trabajar en Cigarrera La Moderna. Sus cofrades se unen a la pena de sus familiares. Antier supe de la muerte del también buen amigo y boticario Pablo Retes. Un abrazo con afecto a su viuda, química Carmen Martínez.

Correo: arturocamarena1@hotmail.com Miembro de la Asociación de Periodistas y Escritores de Nayarit A C (APENAC)

1 comentario:

  1. Estimado Dr. Arturo Camarena, le felicito por su ensayo, que aborda con sabia reflexión y claridad objetiva este tema tan complejo de la comunicación humana y las nuevas tecnologías. Habrá que seguir reflexionando sobre estos polémicos tópicos que hoy en día parecen redibujar buena parte del sentido de las civilizaciones modernas rumbo al futuro inexorable.
    Saludos cordiales y buena salud doctor.

    Jarco Amézcua Luna

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