EL ESPEJO ENTERRADO, LIBRO DE CARLOS FUENTES
Arturo Camarena Flores
En semanas pasadas expuse algunas
ideas sobre El DIA NACIONAL DEL LIBRO y hoy comento que el libro es un
instrumento demasiado peligroso siendo necesario preguntarse si se cuenta con
la suficiente capacidad para escapar de sus redes una vez atrapado. Ya lo dijo
Mario Vargas Llosa: “La literatura es mentira, artificio y trampa” por lo cual
no me extrañó leer la declaración del presidente Felipe Calderón (hace
meses), que se repartirían un millón de
ejemplares del libro El Espejo Enterrado del multipremiado y cosmopolita
literato Carlos Fuentes, (1928—2012).
Los “afortunados” lectores fueron los alumnos de tercer año de las secundarias
de nuestro país. José Ortega y Gasset lo escribió muy bien el siglo pasado: “En
ningún orden de la vida es tan constante, habitual y tolerable lo falso como en
la enseñanza”. ¿Qué de nuevo y verdadero
puede aportar a nuestra juventud este libro en sus 1,573 páginas
(Editorial Taurus) o en sus 440 páginas de la Editorial FCE? El tema según
algunos presentadores trata de: “Más de quinientos años de relaciones entre
Hispanoamérica y Europa explicado a través de los ecos del subconsciente
colectivo”(¿). Del internet transcribo otra preciosidad alabando tal libro, es
de un tal Tomás Albaladejo (Universidad de Madrid), quien regurgitó: “Este reconocimiento
de España para que México pueda reconocerse a si mismo tiene su correspondencia
en el reconocimiento de todo México y de toda América por parte de
España para su propio reconocimiento”. ¿Le entendió? Yo tampoco. La tercera recomendación es la peor: “Es un
libro lleno de alegorías”. Dice el
diccionario al respecto: La alegoría es una figura que consiste en expresar,
por medio de varias metáforas, un sentido recto y otro figurado, a fin de dar a
entender una cosa diciendo otra diferente. Nada fácil la tienen los estudiantes
de secundaria a quienes les pedirán envíen por correo electrónico sus
comentarios acerca del libro. Les ayudo diciendo que ya hay una serie
televisiva de cinco capítulos narrados por el propio autor. Vean los videos y
así evitan la fatiga de recordar otra vez desde la primera travesía de Colón
siguiendo hasta la conquista y derrota de nuestro Moctezuma y del inca Tupac Amaru.
Y como no se les va a ocurrir a la mayoría del millón de supuestos
lectores les diré la pregunta que desde de aquí le hago al comité de evaluación
de textos que le recomendaron ese Espejo al señor presidente ¿o sería por propia inspiración? ¿Por qué no dejan de
pensar en el pasado y procuran que nuestra juventud se prepare para el presente
y el futuro inmediato? Un millón de
veces superior hubiera sido la recomendación del libro de Marcelino Cereijido Por
qué no tenemos ciencia, de Siglo XXI Editores o la autobiografía de
Mario Molina, el único mexicano ganador del Premio Nobel en Ciencias, (Química
1995) en 111 años de instituida esta presea.
Dicha síntesis autobiográfica
está incluida en el libro de mi autoría en colaboración con el investigador
cubano José Antonio López Espinosa, Los premios Nobel de fisiología y
medicina del siglo XX. Comentarios a su historia, Editorial Trafford
Publishing, Victoria, BC, Canadá 2007. Sin ninguna duda estos libros o cualquier otro sobre la ciencia
son infinitamente más benéficos para la juventud y para el país que el mejor de
los libros de literatura en general o sobre nuestra imaginada historia como lo es el elogiado
(principalmente en España), recomendado y promovido en México
por el todavía presidente Felipe
Calderón, El Espejo Enterrado.
¡Espejitos a mí! Despierta pueblo mexicano.
APENAC
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