miércoles, 6 de junio de 2012

Fausto Luque - Las incongruencias del cacique Liberato

Las incongruencias del cacique  Liberato Montenegro

Maestro Fausto Luque Santana

Escuché en un noticiero local de televisión hace unos días, una declaración del cacique magisterial Liberato Montenegro Villa, quien categóricamente opinó que no debería aplicarse la evaluación universal a los maestros de educación básica de la Secretaría de Educación Pública del Estado de Nayarit (SEPEN), e incluso, con falsa modestia, enfatizó que vertía su opinión como “ciudadano” y no como dirigente perpetuo de la sección XX o “líder moral” como eufemísticamente sus incondicionales le suelen llamar para encubrir a quien tiene el poder real del sindicato magisterial (SNTE) en Nayarit. Resulta obvio pero quiero subrayarlo, que un personaje enquistado como cacique magisterial, que opina en los medios sobre problemas relativos a la educación básica, no puede opinar como simple ciudadano porque no puede despojarse objetivamente de su investidura –sin importar que ésta sea espuria- de dirigente charro de los profesores de educación básica de la SEPEN.

 La actitud incongruente del cacique magisterial no se debe a su estado de decrepitud avanzada, sino a su cinismo característico de irrespetar los convenios que nombre a de los profesores de educación básica (cuyo parecer no es tomado realmente en cuenta), los dirigentes sindicales vitalicios como él y Elba Esther Gordillo suscriben con el gobierno; y a su inveterada manía de manejar de manera discrecional los asuntos sindicales y las políticas educativas donde suele incurrir en posturas que solo reflejan sus intereses personales y los de su camarilla y no la de los maestros ni mucho menos de los verdaderos intereses de la sociedad. Su manejo faccioso y tendencioso en los asuntos públicos está siempre condicionado por su actitud patrimonialista donde los maestros solo cuentan como borregada para ejercer presión al gobierno en turno en busca de canonjías y posiciones para su grupo de allegados.

 Esto no significa que el rechazo de muchos maestros a dicha evaluación no sea válido en ciertos aspectos, pero es necesario señalar asimismo que los maestros no nos negamos a ser evaluados y de hecho todos los que somos asalariados del Estado debemos rendir cuentas a los contribuyentes sobre nuestro desempeño. Tampoco me parece éticamente incorrecto transferir las plazas a nuestros descendientes directos siempre y cuando tengan los perfiles idóneos y se cumpla una normatividad institucional de manera que no se violen derechos de terceros. No se trata en este punto de una herencia a la manera de un patrimonio físico como un bien inmueble, sino de un trato preferencial entendido como una conquista laboral sana que por cierto ocurre en otras instituciones públicas y que desde luego debe ser regulada para evitar perjuicios. Lo que no se vale es que un sujeto enquistado en el poder sindical maneje a su antojo las plazas de los maestros incurriendo en un tráfico inmoral e ilegal de las mismas. Lo que molesta a los maestros que honestamente hacen su chamba, es que su sindicato, que debe ser un instrumento de lucha que defienda sus intereses y los de la educación de los mexicanos porque ambos no están reñidos entre sí, sea en la práctica una instancia que está secuestrada por un grupo de bribones los cuales constantemente utilizan contra su voluntad a los maestros en actividades políticas que solo benefician al cacique y a su mafia. Admito desde luego que habrá profesores sin dignidad que no les molesta actuar servilmente con el cacique para congraciarse con él buscando prebendas en vez de ganarse ascensos de manera honesta e institucional a través de las mejoras en su formación y desempeño profesional, mismas que deben abonar o traducirse en resultados positivos en la calidad educativa.

 En esta coyuntura electoral, su conducta ambigua y oportunista oscila entre Enrique Peña Nieto y el PANAL de Elba Esther Gordillo, todo sea por perpetuarse en el poder político y sindical.

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