NAYARIT, IDEAS PARA UN PROGRAMA DE GOBIERNO (Segunda de tres partes)
Héctor Severiano Ocegueda
- Playas nayaritas al mejor postor
- Obra pública como negocio privado.
- Sociedad enferma
- Diputados, jueces y magistrados, empleados del gobernador.
Recién, Felipe Calderón, sonrisa de oreja a oreja, en compañía de su “amigo” Ney González, entregaron las playas de Litibú, a través del Fideicomiso Bahía de Banderas primero y luego del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR) , lo que pomposamente llaman “Centro Integralmente Planeado”, para que el gran capital recoja ganancias extraordinarias de un turismo que paga en dólares.
En Tepic las calles se llenan de menesterosos que brotan como hongos por todos lados, niños de la calle y seres humanos abandonados a su suerte se apiñan en los cruceros de las avenidas para pedir caridad de los automovilistas; en tanto las obras viales anunciadas como el remedio universal a los embotellamientos vehiculares se construyen a diestra y siniestra porque son buena ocasión de realizar lucrativos negocios en asociación con empresas que muchas veces son propiedad de funcionarios gubernamentales.
Así se construyeron dos pasos a desnivel a los que llamaron “nodos viales”, la obra del Boulevard Tepic-Xalisco, como antes el Boulevard Colosio y otras avenidas sacrificando centenares de árboles y destruyendo el paisaje natural para dar paso al cemento e intentar aliviar momentáneamente la insaciable sed de espacio de los automóviles particulares que se cuentan por centenas de miles en una ciudad que se ahoga.
La salud de los nayaritas se deteriora entre el diabetes, la hipertensión arterial y otras enfermedades crónico degenerativas resultado en alto grado de los pésimos hábitos alimenticios inducidos por los alimentos chatarra de las trasnacionales de los alimentos; al mismo ritmo que las instituciones de ese sector que ha sido particularmente castigado con las políticas neoliberales, las reformas a las leyes del IMSS y el ISSSTE golpearon las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores de la salud y están acordes a la pretensión de convertir la salud pública en un gran botín de clínicas particulares y empresas farmacéuticas.
La educación es un caso vergonzoso, Nayarit está en el sótano, gracias a la persistencia del control caciquil ejercido a través de la dirección charra de la Sección 20 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que convirtió la educación en un botín a través del control de plazas, cambios de adscripción, préstamos de vivienda y ascensos. La pandilla que se apropió de la dirección sindical prostituyó, para vergüenza de Nayarit, la vida magisterial. Ello se agrega al deterioro de las escuelas y a la decisión de hacer caer el mantenimiento de los centros escolares sobre las espaldas de los padres de familia, a quienes se agobia con cuotas y listas de útiles escolares que se agregan al gasto familiar como un pesado fardo. En la educación superior el problema es patético, la Universidad Autónoma de Nayarit se encuentra ausente de la vida productiva de Nayarit y si no fuera por los esfuerzos (a veces casi heroicos) de un grupo de profesores e investigadores que rompen con rutinas y toneladas de mediocridad, la UAN sería un gran elefante blanco sin beneficio para el pueblo de Nayarit.
La vida política de Nayarit se caracteriza por la subordinación de los poderes legislativo y judicial al poder ejecutivo, el gobernador del estado decide la vida de las instituciones encargadas de hacer leyes y hacerlas cumplir: una desgracia. El pueblo de Nayarit carece de espacios independientes donde refugiarse del autoritarismo del poder ejecutivo que gobierna sin contrapesos y a su libre albedrío.
En fecha reciente se verificó un hecho que confirma lo anterior: el Tribunal Superior de Justicia, órgano del poder judicial, fue “renovado” con un cuerpo de magistrados (con una excepción) empleados del poder ejecutivo estatal.
La mayoría de los diputados del Congreso local se comportan como lacayos del gobernador dándose casos escandalosos de subordinación como la reciente de un absurdo reemplacamiento de vehículos automotores que ha provocado la molestia de miles de ciudadanos.
Por todo lo anterior y por infinidad de razones más urge en Nayarit un gobierno verdaderamente popular que tome las decisiones pensando en los supremos intereses del pueblo, que cuide la naturaleza y se esfuerce por servir a la gente.
Proponemos un gobierno regido por los principios de:
1.- Mandar obedeciendo. Un gobierno que decida sobre los temas fundamentales de la vida social consultando a la sociedad. En cada espacio de la vida social, productiva y cultural la gente sabe lo que debe hacerse para mejorar el funcionamiento y los resultados, sólo hay que permitir que se organice, delibere y decida con entera libertad, contando con el apoyo gubernamental que en todo momento deberá actuar alejado de un espíritu faccioso y mezquino.
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