domingo, 27 de febrero de 2011

Arturo Camarena - La salud de los gobernantes

DESDE MI OPTICA (ALLENDE)

Arturo Camarena Flores

LOS MEDICOS DE LOS GOBERNANTES

- La salud física mental de los mandatarios no debe seguir siendo secreto de Estado.

El licenciado Carlos Zamudio Vidal me prestó el libro Aureliano Urrutia, del crimen político al exilio y su lectura prohijó este tema ya que el biografiado fue compadre, secretario de gobernación (junio a septiembre de 1913) y médico personal de Victoriano Huerta y acusado de todos los crímenes del mandatario entre ellos los asesinatos del diputado Serapio Rendón y del senador por Chiapas Belisario Domínguez. Para salvar su vida intentó abordar el Ipiranga (mismo barco en el que había huido Porfirio Díaz) pero fue apresado por los gringos que le dieron la oportunidad de radicarse y trabajar como cirujano en San Antonio Texas ciudad donde murió en 1975 a los 103 años de edad, tiempo suficiente para los cinco matrimonios que contrajo. En el mismo libro se menciona que el presidente Victoriano Huerta fue operado de cataratas, se describen los instrumentos pero sin nombrar al cirujano y entre mis maestros se comentaba que lo operó, (razón de su exilio) el oculista Manuel Uribe Troncoso en cuya biografía se lee; “fue expulsado del país por razones políticas”. Este notable profesor nacido en Toluca (cuya sociedad oftalmológica lleva su nombre) se estableció en Nueva York donde publicó dos tratados sobre enfermedades de los ojos y patentó un gonioscopio de su invención. Creador de la la revista Anales de Oftalmología en 1898 donde publicó 30 artículos hasta 1914. Murió en Nueva York en 1959 a los 83 años. Ambos médicos realizaron una exitosa carrera profesional fuera de su país. De estos dos casos se colige que el exilio es saludable.

Se entiende que los médicos “de cabecera” (y hoy en día sus psicólogos, psiquiatras, dentistas, dietistas, nutriólogas y masoterapeutas), por su cercanía puedan tener gran ascendencia sobre los mandatarios y de alguna manera a veces influyan sobre las decisiones que tomen los gobernantes, conductas que finalmente van a recaer sobre la población, de ahí la enorme importancia de la historia clínica previa de todos los aspirantes a un cargo popular pues si desde antes ya “tiraba aceite, elegido se va a desbielar” coloquialmente hablando.

Manuel María Velasco Suárez fue un médico neurólogo fundador del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, (INNN) y lo observé durante meses (1963) por mi tesis recepcional sobre Comas y cuando el presidente Adolfo López Mateos sufrió un accidente vascular cerebral astutamente recomendó viniese para operarlo “una eminencia” de Estados Unidos. Por supuesto que no hubo mejoría pero la gubernatura de Chiapas fue el regalo. En su diabólica inteligencia el maestro Velasco Suárez logró formar una Sociedad Mundial de Médicos de Estadistas, tal vez con la idea de que los médicos fueran el poder tras el trono. Desconozco que fin tuvo su iluminación pero no andaba perdido pues por su formación humanista los médicos pueden rendir mejores cuentas y logros que otros políticos con ocupaciones diferentes. La república de Chile es un buen ejemplo con el notable desempeño de la pediatra Michelet y del médico Salvador Allende quien tuvo su martirio con Pinochet como lo tuvo Madero con los generales que de frente lo apoyaban y por detrás lo traicionaron para eterno desprestigio de la casta militar ansiosa del golpe de estado.

De la pocas entrevistas que concedió el presidente Allende durante su mandato una la realizó nuestro paisano el periodista, licenciado, filósofo y médico Pedro López Díaz, (de Acaponeta tenía que ser) quien fue mi profesor de Cosmografía en la preparatoria del Estado de Nayarit (1956) Otro médico con gran influencia en la política nacional fue Gustavo Baz Arriola, dos veces gobernador del Estado de México. Se comenta que su ayudante, el doctor Julián Gazcón Mercado un día se animó a pedirle una diputación y consultando su agenda el maestro le dijo: “tengo la gubernatura de Nayarit, ¿la quieres? Y se vino a Tepic y en su sexenio fundó la Universidad. Siendo presidente Gustavo Díaz Ordaz padeció desprendimiento de retina. Las causas no vienen al caso. Su médico de cabecera (doctor Arenas), opinó que no era necesario traer especialistas de Estados Unidos y vi sacar de mi servicio de oftalmología del Hospital General de México un gran fotocoagulador (el laser de 1968), que en un camión fue trasladado al Hospital Central Militar donde mis maestros Juan Heatley Green y Magín Puig Solanes le salvaron la visión al mandatario. Infortunadamente para México en ese largo lapso de recuperación Luis Echeverría tomó el mando y fue ratificado para el siguiente sexenio. Es un riesgo elevado para la población que sus gobernantes consulten y sigan indicaciones de espiritistas (Madero), astrólogos (Hitler), videntes, gurús, naturistas, (cualquier cosa que eso sea) “psicólogos” y demás fauna nociva de la cual muchos dirigentes de naciones se rodean. ! Imagine usted los resultados!

Correo: arturocamarena1@hotmail.comCorresponsalía Tepic del Seminario de Cultura Mexicana.

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