martes, 23 de agosto de 2011

César Cruz - la información periodística en la escuela

La información periodística en la escuela

César Cruz Salazar

Una de las más altas finalidades de la escuela primaria es la de promover en los alumnos el amor a la lectura, considerada ésta como una actividad útil, bella y creadora.

Los maestros de enseñanza primaria tienen el deber no sólo de enseñar a los niños los rudimentos de la lectura y la escritura, sino fomentar y estimular el amor a ella transformándolo en un creciente anhelo de saber y de perfeccionamiento espiritual. Movidos por tal propósito, los maestros orientarán a sus educandos no en forma exclusiva como lectores de libros, sino complementariamente, como lectores en periódicos y revistas.

En este punto, los pedagogos de las más diversas tendencias se hallan de acuerdo: el buen lector debe saber interesarse tanto en un libro como en un periódico, si uno y otro merecen ser leídos. “El libro –decía un maestro- es el periódico de ayer: el periódico de hoy es el libro de mañana”. Puede parecer un simple juego de palabras, sin embargo, es evidente que encierra una profunda verdad: el lector de libros, pero que no lee periódicos, puede alcanzar –si así se quiere- una cultura, o más bien dicho, una erudición muy estimable, pero carecerá, por regla general, de la visión palpitante del mundo de nuestros días, que constituye, en gran parte, el material de lectura de periódicos y revistas.

En el caso contrario, o sea, el del lector de periódicos que desdeña la lectura de libros, se observa también una formación incompleta, en la que el conocimiento de la realidad presente deja mucho que desear por falta de una base cultural firme que le permita apropiarse críticamente de la información.

Por tanto, es recomendable que los maestros tomen en cuenta en la elaboración de planes de lectura en clase y fuera de ella, tanto el material de libros específicos como de periódicos para los ejercicios y tareas de los estudiantes que tengan el doble fin de fomentar el amor a la lectura, al estudio y paralelamente al trabajo, a la acción; Ello se explica porque la lectura no puede ni debe ser un fin en sí misma; es un medio para adquirir información y cultura que permitan actuar, cada vez con mayor acierto y comprensión del medio en que se vive.

Se ha dicho, no sin razón, que el lector puro, el hombre que entrega todo su tiempo a la lectura, es egoísta y prácticamente inútil; en su caso, la lectura actúa como tóxico o resulta superflua porque lo aísla de la realidad. Por el contrario, la lectura creadora es aquella que invita a la acción, al trabajo en equipo y para bien de la comunidad.

Aunque los pedagogos se han ocupado extensamente en lo que respecta a la elaboración de métodos para la lectura de libros, no cabe afirmar lo mismo en lo que se refiere a periódicos y revistas, que no sólo erróneamente suelen ser considerados de menor valor educativo, sino incluso como impropios para ser leídos por niños jóvenes, ya que –según opiniones- la “nota roja” y otros tipos de espacios periodísticas pueden ser consideradas como influencias negativas. Aceptando parcialmente la verdad que encierran estas objeciones y habida cuenta de que en muchos hogares es más fácil encontrar un periódico que un libro, los maestros deben reconocer que es de suma trascendencia preparar a los educandos como lectores de publicaciones periodísticas interesándolos en las noticias sobre hechos culturales, o de interés nacional o internacional, ayudándolos así, por un lado, a seguir con atención los acontecimientos de importancia para el bienestar humano y, por otro lado, a tener criterio propio que los proteja de toda propaganda tendenciosa o nociva.

Esta labor, que en la escuela primaria no puede ser muy amplia dada la corta edad de los alumnos, ha de intensificarse en la enseñanza secundaria, particularmente en las clases de español, historia y civismo. Pero en ambos tipos de escuela, los alumnos pueden formar colecciones de artículos sobre determinados temas; asimismo, es de sugerirse que redacten y envíen a los periódicos locales proposiciones, comentarios u otros trabajos periodísticos, ya sobre asuntos de interés para la comunidad, o bien de índole literaria o de simple divulgación cultural.

En suma, los maestros tienen ante sí una delicada tarea que se resume en tres puntos principales: (1) Afinar el amor por la buena lectura; (2) Impulsar la formación del criterio propio, y (3) Fortalecer el gusto por los trabajos de redacción.

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