domingo, 23 de octubre de 2011

Arturo Camarena - El día del médico


DESDE MI OPTICA (ALLENDE)

Arturo Camarena Flores

EL DÍA DEL MÉDICO

Infinitas gracias a mi tutor, doctor Salvador Durán Moissén (1936-2011)


Desde hace décadas se festeja cada 23 de octubre en México EL DIA DEL MEDICO. En cada país la fecha cambia según sean las conveniencias políticas de autoridades de la salud. Así es que la figura del médico ha persistido en la sociedad en importancia relativa y variable dada por sus conexiones con los que mandan, con las amistades y parientes en el poder y por su ambición de destacar en las lides políticas. La mayoría de los médicos pasan, (pasamos), la vida trabajando sin esperar agradecimiento y algunos pocos laboran con un amparo en el bolsillo que los libre de la detención por demandas laborales, sindicales y hasta por mala práctica. Así de difícil y penoso es el trabajo en la actualidad del médico. Así que los aspirantes a estudiar esta profesión deben de estar enterados que después de la escuela preparatoria verdaderamente empieza la etapa del estudiar macheteando durante cinco o seis años dependiendo de los planes de las 60 o más escuelas en México. Ya titulados se darán cuenta que la competencia es durísima y las capacidades para ejercer no lo son tanto y pretenderá (junto con otros 25 o 30 mil) ocupar un lugar en alguna de las 26 especialidades que cada año necesitan reemplazos frescos, (mano de obra barata) para atender a los millones de derechohabientes de las instituciones médicas tanto oficiales como privadas. Otro dato importante es que sólo hay 5,000 plazas para ocupar así que más de 20,000 médicos tendrán que emplearse con el doctor Simi o dedicarse a otra actividad. Los que logren terminar este sistema piramidal donde el alumno médico del tercer año le enseñará al de segundo y éste al de primero. Sistema a todas luces deficiente pero económico pues de esta manera no se pagará lo adecuado a personal capacitado con gran experiencia para trasmitir sus conocimientos.

Tuve la gran suerte de que durante mi época de especialización cada uno de mis once compañeros teníamos a un tutor de tiempo completo. Esta figura si merecedora del nombre de doctor, del latín doctus, docere, el que enseña. No está por demás hacerles conocer a los que desean portar la bata blanca y que se engrandecen cuando les llaman “doctor” que cuando terminen su especialidad van a darse cuenta que más del 50% de la población del país necesita de sus servicios pero por pobres no pueden pagarles. Que no encontrarán fácilmente un nombramiento en el IMSS o en el ISSSTE y si hay lugar, los mandarán al sitio más alejado del centro. Creo que este año hay vacantes en Ciudad Juárez. Con los años de ejercicio profesional se verá la calidad de individuo si abandona el quehacer médico o ejerce su profesión hasta que sus facultades físico mentales se lo permitan. A mis 41 años de oftalmólogo me siento en plenitud de mis aptitudes y diariamente soy examinado minuciosamente por el acompañante de mis cada vez menos pacientes pues pocos pueden pagar la consulta y esa pobreza se suma a la incultura científica de las autoridades de todos los niveles que por comprar simpatías y votos propician los” exámenes de la vista gratis” y “examen de los ojos por computadora”, propagando por su errónea conducta la ceguera al perderse la única oportunidad de ser vistos por el oftalmólogo conocido también como oculista, único profesional médico que se quemó las pestañas estudiando los ojos y por supuesto enfocando a cada paciente dada su condición de salud en general. Sea como sea. Es mi sincero y fraternal deseo felicitar a todos los médicos en su día y me felicito doblemente pues ninguno de mis hijos escogió esta carrera tan exigente, costosa y tan demandada, la mayoría de las veces por la falsa creencia de que el médico goza de un gran caudal económico.

Correo:arturocamarena1@hotmail.com Miembro de la Asociación de Periodistas y Escritores de Nayarit, A C. (APENAC).

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