lunes, 10 de octubre de 2011

Arturo Camarena - El ocio creador

DESDE MI OPTICA ALLENDE)

Arturo Camarena Flores

EL OCIO CREADOR

Había tenido la idea de escribir sobre el ocio creador desde hace meses, ¿ó años? Hoy llegó el día, no obstante que este mes leí tres estupendos ensayos sobre el tema en la excelente Revista Replicante en su versión digital cuyos sugestivos títulos son: “El arte de la siesta”, “El arte de perder el tiempo con elegancia” y “Una reivindicación de la pereza”. Sin tratar de superarlos pues esos autores son profesionales de la escritura, encaro el tema muy a mi manera, desde mi óptica, pues. Estoy de acuerdo con los que piensan que los avances científico-tecnológicos más importantes para la humanidad han sido creados por ociosos, calificativo que engloba a personas dedicadas a pensar profundo pero sin prisa, sin horario, sin presiones familiares, económicas ni de otra índole. Dedicarle pocas horas al trabajo rinde más que el que necesita dos turnos de ocho horas diarias para mantener una familia. Los habitantes de los países desarrollados trabajan menos de 35 horas a la semana y por ley tienen 3 períodos de vacaciones al año. En universidades como en la de Ciudad Juárez, su reglamento considera el “año sabático” donde el docente de tiempo completo, investigador y otros, después de seis años de antigüedad puede solicitar esta prestación gozando de un año sin trabajar y recibiendo sueldo íntegro…

Otros ejemplos del ocio creativo son el invento de la rueda que tuvo que ser idea de alguien que consideró que llevar la carga en la cabeza o en la espalda era para las bestias no para los humanos. Me da gusto ver las carretillas llenas de mercancía circular por las banquetas con tres ruedas cuando hace apenas dos décadas sólo contaban con la rueda delantera y el trabajador tenía que sostener el peso acumulado. Me place la anécdota cuando Isaac Newton sentado plácidamente protegido por la sombra de un manzano, vio caer la fruta y empezó a elucubrar hipótesis de trabajo: porqué la manzana cayó en lugar de ascender como un globo, etcétera. La mayoría de los médicos deberían ser escritores pues en su vida estudiantil y profesional hacen (o deberían hacer), la historia de cada paciente, ejercitan la pluma o la máquina y llenan páginas de antecedentes al cuadro actual, sus características, la conclusión y hasta las complicaciones en el caso que no pudieran evitarse. Pero son escasos los médicos (y otro tipo de profesionistas) que publican sus pareceres. Afirmo que eso es por exceso de trabajo, o por buscarlo, o por tratar de hallar la manera de comer chuleta.

Lo dicho: es indispensable el ocio creador y pongo el ejemplo que mejor conozco, el mío. Aunque nunca chequé tarjeta de entrada y salida durante el tiempo que trabajé para el ISSSTE y para el IMSS, era odioso recibir de la dirección los memos de “producción de trabajo” donde indicaban la cantidad de pacientes y de cirugías que tenían que hacerse al mes. Las autoridades sanitarias creyendo que manejan obreros valorando mejor la cantidad que la calidad. No está por demás decir que me retiré total y definitivamente de esos trabajos asalariados tan desgastantes y preferí invertir en mi persona en lugar de hacerlo en propiedades y rentas. Desde 1991 tuve todo el tiempo a mi entera disposición y he publicado dos libros y escribo cada semana con espacios (a veces de meses) para que el ocio recargue las neuronas y ponerlas a ejercitarse y alejar con ello al alemán tan mentado.

Si usted cree que trabajando mucho va a salir de pobre está, (según mi opinión), equivocado. Lo que pasará es que dejará sin atenderse a sí mismo y descuidará la crianza de sus hijos perdiendo así hasta las buenas relaciones con su familia. A propósito: ¿ya se hizo su SMAC de este año? ¿Ya le revisaron la próstata? No me diga que su trabajo importa más que usted. Nota: Por favor, no confundir el ocio creador con el cultivo del huevo.

Correo: arturocamarena1@hotmail.com Miembro de la Asociación de Escritores y Periodistas de Nayarit A C. (APENAC).

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